¿SERVIDORES DEL ESTADO A DONAR Y MÉDICOS A TRABAJAR?

En esta época de cuarentena y de confinamiento estamos haciendo sacrificios, al no salir a la calle estamos protegiéndonos y siendo solidarios para que no haya contagios masivos y para que esta pandemia no esté fuera de control. Se nos exige un sacrificio mínimo y eso suena entendible.

Pero resulta que el gobierno nacional ha venido expidiendo varios decretos en esta situación de emergencia donde se toman medidas en muchas áreas y quiero referirme primero al decreto 538 en su art 9; en él se obliga al personal de salud a prestar sus servicios; yo me pregunto, ¿puede el Estado exigir y obligar a los médicos a trabajar en estos momentos, incluso cuando ellos expongan su vida?, ¿ello es proporcional y aceptable? Dudo mucho que este tipo de medidas sean razonables, pues si bien es cierto que ante un peligro general para la comunidad puedo exigir el sacrifico de ciertas personas cuando el bien que busco proteger sea más importante que el que afecto (esa es la idea del estado de necesidad en derecho penal), no puedo obligar a nadie, tampoco a un médico, a ponerse en peligro concreto o a sacrificar la vida o la integridad, eso nunca podrá ser exigible. Escuché que en Neiva un profesional de la salud fue despedido por manifestar que no operaba a un paciente sin las suficientes medidas de protección; es tan legítimo el reclamo del médico y su negativa, como irresponsable la actitud de la clínica que simplemente lo va despidiendo. Ni siquiera a un médico, que ha hecho un juramento de ayuda a los ciudadanos en necesidad, se le podrá exigir que se sacrifique de esa forma, ellos también tienen derechos, así como sus familias; la norma debió más bien crear incentivos y protecciones para que todos los médicos lo hagan voluntariamente.

Segundo, otro decreto descuenta obligatoriamente porcentajes de salario a los servidores públicos, de nuevo me pregunto ¿esto será proporcional? Quizás si se pueda exigir más solidaridad de un servidor público en el cumplimiento de su deber, tal vez a un juez se le puede exigir hacer una audiencia de urgencia con las debidas protecciones, pero meterse con el ingreso, con el salario, es algo que no me parece proporcional. Es una carga demasiado inequitativa, ¿es que el servidor público no está sufriendo económicamente en esta emergencia? ¿será que, aunque gane más de 10 millones de pesos, no tiene obligaciones con su familia, etc.?

La verdad es que no me gusta el manejo que se le está dando al deber de solidaridad, pero esperemos a ver que decide sobre estos decretos la Corte Constitucional.

EL VIRUS DE LA DESIDIA CARCELARIA

Justo en medio de todos los miedos que ha despertado la crisis por el Coronavirus hemos vuelto a poner la lupa sobre las cárceles. Muchos países han venido tomando decisiones de excarcelaciones con el fin de evitar que la pandemia cause estragos más grandes. La pregunta también se ha venido haciendo en Colombia y el tema discutiendo con mucho interés: ¿debe el Estado colombiano, el Presidente de la República, expedir un decreto permitiendo la salida de reclusos de las cárceles por el Coronavirus?

La respuesta debe ser afirmativa, hay que tomar medidas; no obstante, ello debe ser hecho con mucho cuidado, por lo que deseo hacer dos consideraciones:

La primera es que debe analizarse muy bien qué situaciones o qué tipo de personas deben ser objeto de estas medidas de emergencia, pues no creo conveniente generalizar, la salida de la cárcel no debe ser la única medida y cuando ella se considere debe ser para que vayan en detención domiciliaria personas que están directamente en riesgo, me refiero a adultos mayores, personas con enfermedades cardiacas, respiratorias o crónicas como el cáncer o el VIH y otras, analizando caso a caso su pertinencia. Pero ya sabemos que el virus no respeta edades, por lo que entonces toda la población carcelaria sin condiciones dignas de reclusión estaría en peligro, y digámoslo claramente, esa es la situación generalizada en Colombia; somos un país punitivista que quiere solucionar todo con la cárcel y donde se nos llena la boca haciendo afirmaciones como que “ojalá se pudra en la cárcel”. Entonces en Colombia hay un riesgo muy elevado de contagio del coronavirus en los establecimientos de reclusión y ahí está el desafío de las medidas que debe tomar el gobierno: evitar una catástrofe, pero al mismo tiempo proteger a la sociedad tomando medidas racionales y proporcionales, la emergencia no puede beneficiar a todo el mundo.

La segunda consideración es la siguiente: no debe pretenderse solucionar un problema histórico con un decreto de emergencia. Pero sí es el momento de pensar integralmente una verdadera política penitenciaria y carcelaria a futuro, una que sea humanista porque garantice plenamente los derechos fundamentales de los reclusos y que ayude a cumplir el objetivo que tiene el Estado con el derecho penal. Cuando se impone una pena el Estado busca algo, educar, resocializar, prevenir, etc., y la pregunta es si ello se está logrando o no; la respuesta es un NO rotundo. Tenemos leyes penales buenas, funcionarios judiciales capacitados, magníficas facultades de derecho, pero uno de los peores sistemas penitenciarios de la región, la pena en Colombia no cumple su función, de manera que, aunque suena derrotista, los profesores, los abogados, los fiscales, los investigadores, los jueces, todos estamos perdiendo el tiempo y una gran oportunidad para ayudar a la sociedad. El problema carcelario no da espera, hay que solucionarlo YA.

LA CULTURA DE LA TRAMPA

Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa

Quien dice ser un sabio asesor de marketing político criollo hizo la siguiente reflexión a un grupo de personas: “Tengan claro señores, es mejor ser político que ser empresario. Un político si hace las cosas bien, desde una buena inversión y un buen trabajo, en ocho años puede estar listo, es decir rico, con dinero, sin importar las maniobras que se deban hacer para generar la riqueza. En cambio, para ser empresario se requiere de mucho esfuerzo, mucho sacrificio, demasiado riesgo, y para colmo de males, haciendo las cosas como deben hacerse, su empresa comienza a consolidarse después de veinte años y seguramente puede ser una persona acaudalada dos, tres o cuatro décadas después”.

Vivimos en el país en donde solamente pierden papaya los pendejos y hay que hacer fructífero cualquier cuarto de hora, porque si no se aprovecha se puede pasar de ser un ciudadano honesto a ser un pobre imbécil, pusilánime y perdedor. ¡Ah! Pero si se corre con la fortuna de pasar de ser dependiente judicial o auxiliar administrativo a secretario de despacho o gerente de algún organismo descentralizado que maneja dineros oficiales y se sale con las arcas repletas, es considerado un héroe y goza del prestigio del nuevo rico, sin importar los medio o mecanismos utilizados.

La cultura de la trampa ha hecho que muchos políticos, la gran mayoría, pero no todos, piensen en sus propósitos loables, filantrópicos y caritativos como la más valiosa raíz de sus discursos, pero su actuar dista mucho de lo expresado y cada acto relacionado con su gestión contiene un interés perverso que colma sus verdaderas ambiciones, materialistas y mezquinas.

La cultura de la trampa parece que fuera parte de los genes de nosotros los colombianos, sumados a los de la doble moral y la mojigatería, producto de ese cruce entre sano, puro, limpio y desintoxicado aborigen americano, con el de invasor, colonizador y usurpador español, que generó los famosos dos últimos mandamientos del colombiano abeja que son “No dar papaya y no perder papaya”, qué genialidad.

Por eso en muchos casos se presenta lo que sucedió en nuestro amado municipio de Neiva en donde unas mentes brillantes contactaron a unas mentes inferiores y les ofrecieron doce millones de pesos para elegir a dos funcionarios de alto rango en esta localidad, relacionados con cargos de supervisión y control, pero para qué si el salario no era del todo representativo, pues simple y llanamente para presionar a los ordenadores del gasto y éstos al verse investigados tras sus actos pecaminosos o tramposos, tuvieran que ceder a los intereses oscuros de los genios del plan, algo que es común en nuestro país.

Imagínense, si la nueva generación de súper asesores hace este tipo de recomendaciones a sus aconsejados y esa es su regla de oro, pues ya podrán ustedes entender por qué cada día estamos más jodidos, y vamos de mal en peor, con el paso del tiempo.

Pónganse a pensar ustedes que llegara el momento en que el pueblo dejara de ser tan sumiso ante las dádivas electoreras y las promesas de campaña, y un verdadero consultor orientara a sus candidatos diciéndoles, para ganar estas contiendas vamos a hablar con la verdad y si se gana la principal premisa será la honestidad y el servicio, porque la comunidad se merece unos buenos gobernantes; sería lo máximo, pero con esta filosofía y cultura que expongo en esta columna, al parecer lo que vamos a ver es totalmente lo contrario.

LA FÓRMULA DE LOS 391 MILLONES DE PESOS PARA EL HUILA.

Por estos días de tanta crisis y desconsuelo para todo el mundo, los neivanos sacan pecho porque Gorky Muñoz quedó como el mejor alcalde en una encuesta por el manejo que le está dando al tema del Covid 19 en la ciudad y su donación de un mes de salario a las personas más necesitadas. Tengo que reconocer que aunque me parecen buenas sus intenciones, estas se quedan cortas. Lo digo porque el donar un mes de salario es bueno pero podría hacer más, como por ejemplo donar un buen porcentaje de su salario de manera indefinida hasta que la situación mejore.

De igual forma, lo deberían hacer sus funcionarios del más alto nivel, quienes no desperdician oportunidad alguna para salir ante los medios de comunicación exhibiendo sus camisas blancas impecables con el eslogan “Primero Neiva”, pero no brillan en cuanto a su solidaridad con los neivanos en esta crisis.

Para los que no saben la Alcaldía de Neiva cuenta con 15 secretarías lideradas por algunas personas muy capaces y otras como es costumbre calentando el puesto, ejemplo de esto la Secretaría de Cultura que ocupa esta dignidad por una simple “amistad” ya que su hoja de vida no tiene ningún logro comprobable, privando a verdaderos profesionales con experiencia en el tema.

Pero lo que llama la atención es que los salarios de estos servidores oscilan en los 12 millones de pesos mensuales y a excepción de las Secretarías de Salud, Gobierno, Movilidad, Hacienda, Educación y Jurídica el resto se encuentran plácidamente en sus casas cruzados de brazos, devengando salarios estrafalarios mientras los neivanos se exponen diariamente por conseguir lo del diario. Mi invitación es para que evitemos las leguleyadas y burocracias y donen “por lo menos” el 40% de sus salarios de manera indefinida a los más necesitados con el objetivo de que la economía no se estanque y por ende aumente el caos y la inseguridad en las calles. SI, leyó bien, por lo menos el 40%.

Con la ayuda de los servidores de la Alcaldía de Neiva tenemos más de 70 millones de pesos en ayudas, si tienen alguna duda de cómo donar estoy seguro que desde la oficina de talento humano les pueden brindar el formato para que les descuenten directamente de sus salarios. No es tan difícil, o si?.

Lo mismo aplica para los H.P. Ernesto Macías, Rodrigo Lara Restrepo, Julio Cesar Triana, Rodrigo Villalba, Esperanza Andrade, Felipe Lozada, Álvaro Hernán Prada y Flora Perdomo quienes devengan salarios superiores a los 32 millones de pesos mensuales y por ahora tampoco se han pronunciado sobre sus “generosas” ayudas al pueblo que los elige sagradamente cada 4 años. A ellos también los invito a que dejen de lado las excusas y falsos protagonismos de solicitar autorizaciones a sus partidos políticos que no necesitan para ayudar a los Huilenses. (Con ellos sumaríamos 120 millones de pesos).

Señor Gobernador, usted también debería replicar este mensaje entre los 30 funcionarios de su gabinete que si hacen la tarea comprometidos podrían recaudar más de 100 millones de pesos mensuales en ayudas. (Vamos 290 millones)

Hago un paréntesis y aprovecho para hacer un llamado para que el señor Gobernador y los alcaldes del Huila recuerden que los medios de comunicación somos sus aliados en esta emergencia, creo que por ahora se les ha olvidado que no todas las personas tienen acceso a internet o los siguen a través de sus cuentas oficiales. Son miles de campesinos los que están en veredas y lugares lejanos a la capital quienes no cuentan sino con su radio para enterarse de lo que está pasando en el departamento y en el país.

Siguiendo con nuestras cuentas, los Diputados del Huila devengan más de 16 millones mensuales, por ende los invitamos a que dejen de ser tan indolentes y cumplan con sus promesas de campaña de ayudar al pueblo que hoy más que nunca los necesita. (12 diputados que cada uno done 6 millones = 72 Millones de pesos).

Ojalá la Presidenta del Concejo de Neiva, Victoria Eugenia Castro no se lave las manos con los neivanos y tenga la misma iniciativa que tenía antes de la pandemia con sus innumerables reuniones sociales que solo conducían a elevar su ego pero que no ayudaban a los neivanos que la eligieron. Concejala la invito a que convoque de manera virtual a los concejales para que entre todos donen un porcentaje de su salario (19 Concejales que donen de a un millón de pesos = 19 Millones).

Y por último y quien siempre se ha caracterizado por perpetuarse en el poder por más de 20 años, el ilustre y buen estratega Ariel Rincón, Presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva quien su liderazgo y capacidad de gestión están nubladas dejando a su suerte a los comerciantes del Huila. Su acostumbrada altivez y falta de solidaridad no es sorpresa pero teniendo en cuenta que durante dos décadas ha recibido ese jugoso salario debería por una sola vez en su carrera brindarle una verdadera ayuda económica a quienes la requieren.

El salario de Rincón es de casi 25 millones de pesos mensuales y sumado a otros beneficios que tiene, recibe en promedio la bobada de 40 millones mensuales.

Señor Ariel Rincón, recuerde que usted depende de los comerciantes que hoy estamos en crisis y sin una cabeza visible. Le recuerdo que su majestuosa oficina con cuadros avaluados en más de 30 millones de pesos cada uno, no le dan de comer a los comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios y no pueden implementar servicios de manera virtual y lo digo porque todavía me acuerdo que al preguntarle por las alternativas laborales del Huila usted me dijo que el único negocio viable en este momento para la mayoría de los huilenses eran las redes sociales y plataformas digitales y mi respuesta fue que no podía creer que usted creyera que el común de los huilenses tenía un dispositivo con internet ilimitado para contratar varios servicios o comprar por internet, por eso decidí seguir apostando por el medio más amable y servicial con la gente, la radio. Por consiguiente despreocúpese que si dona unos 10 millones mensuales le seguirá alcanzando para continuar decorando su oficina o casa con obras de sus artistas preferidos. Un poco de solidaridad y humildad señor Rincón, los comerciantes lo necesitan. (Aquí iríamos sumando la bobadita de 391 millones de pesos).

Y como dijo mi tía Elisa al momento de revisar esta columna, hágale mijo que lo que más molesta a los pocos generosos es que los expongan en público.

EL PÁNICO POR EL COVID 19

Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa

No deja de asustarnos a todos la posible llegada de la terrible enfermedad conocida mundialmente como “Coronavirus”, nombre dado a ésta, debido al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o a una aureola y se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales.

Buscando información relacionada con este tema tan importante, encontré que los coronavirus son una familia de virus descubierta en la década de los años sesenta, pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía).

Durante este siglo se han identificado tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus, el SRAS-CoV, o síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG), el cual se inició en noviembre de 2002 en China, afectando a más de ocho mil personas en 37 países y provocó más de setecientas muertes.

En el año 2012 fue detectado por primera vez el MERS-CoV, coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) en Arabia Saudita. Hasta octubre de 2019 se habían detectado cerca de 2.400 casos de esta infección en distintos países, con más de 800 muertes como consecuencia del mismo.

Y finalizando el año pasado, apareció el COVID 19, con brote de los primeros casos en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces la aparición de nuevos infectados por el virus COVID 19 (conocido inicialmente como 2019nCoV) ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado intensamente.

Los casos declarados de neumonía de Wuhan ya superan significativamente las cifras de la epidemia de SRAS y la tasa de mortalidad preocupa cada día más a las autoridades sanitarias en todo el planeta.

Las autoridades colombianas han tomado las medidas pertinentes para evitar la llegada de esta enfermedad a nuestra patria, no obstante, no estamos totalmente blindados ante esa posibilidad dado el traslado continuo de pasajeros desde y hacia diferentes países, la llegada diaria de aviones y barcos provenientes de múltiples orígenes, no necesariamente China, pero que por una u otra razón puedan traer pasajeros que hayan tenido contacto con alguna persona contagiada, ojalá que no vaya a ser así.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha venido informando que se trabaja intensamente en desarrollar una vacuna que pueda frenar esta epidemia y con el medicamente se pueda controlar la propagación a más naciones del temible virus, pero aún no ha sido posible lograr tal avance científico.

Esperemos con fe y esperanza que las superpotencias mundiales, con sus equipos de expertos científicos, puedan tener éxito en la búsqueda de los antivirales necesarios para frenar la expansión de este nuevo coronavirus que tanto pánico genera.