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Ernesto Macías, hoy presidente del Senado, ha puesto a correr a los funcionarios de la fiscalía, envalentonado con su poder político, cargado de condecoraciones prematuras, en un intento por demostrar que lo he calumniado.
Bravucón, fanfarrón, Macías no me perdona que lo haya desenmascarado. Durante 20 años estuvo engañando en las instancias públicas con un título de bachiller que no tenía y unos semestres en universidades que nunca hizo.
Ernesto (escribí en su momento) era una especie de mensajero de Jairo Morera Lizcano (qepd), al que ponía aquí o allá. Unas veces para los mandados en Bogotá y otras como mayordomo de pequeñas fincas. Hasta que se le pegó a los políticos y a la política y llegó al Senado, en un largo camino lleno de felonías.
Para ser senador no se requiere ser bachiller. Pero algo va del embuste del fanfarrón que “caña” y engaña en voz alta para engatusar a su círculo social o político, y otra inventarse colegios inexistentes y semestres de universidad irreales.
Macías asumió la alcaldía de Altamira, Huila, en mayo de 1980, y consignó en su hoja de vida que había cursado bachillerato 6 años, además de dos años de universidad. Seguramente nadie le pidió documentos, pero las dos cosas eran falsas.
En posteriores hojas de vida publicadas, indicó que había obtenido el título de bachiller en el colegio Franco Británico de Bogotá, año 1975. La secretaría de educación (en documentos que tengo) negó la existencia del grado y después que haya existido el establecimiento.
Macías, desde los tiempos de Altamira, registra su paso por varias universidades. Menciona El Externado, donde se cansaron de buscar su rastro y no lo encontraron.
Consignó haber cursado dos semestres en la Escuela Superior de Administración Pública, ESAP. ¡Otra falsedad¡
“..Realizada la verificación en el sistema académico Academusof, en la base de datos de hojas de vida, en el archivo físico, y en los libros de registros de diplomas y actas generales, no se encontró que Ernesto Macías hubiese cursado algún programa de pregrado o posgrado en la ESAP”.
Con el tiempo, Macías fue corrigiendo su currículo y “lavándolo”. Con extrañeza en el Ministerio de las Telecomunicaciones “se extravió” su hoja de vida, donde ejerció como asesor de la ministra María del Rosario Guerra, apenas después de haber validado el bachillerato en el Icfes (1996). Después validó (en pocos meses) el título de comunicador social en la Universidad Cooperativa.
Es posible que el poder burocrático que hoy ostenta, incluyendo la vigilancia de la plata de las regalías en la Contraloría General, lo tengan pensando que fiscales y jueces estarán a su disposición contra quienes osen criticarlo.
Quedo atento. Fanfarrones he visto hartos.